TE RECOMENDAMOS...

  • Un paseo por el mercado musulmán.
  • Una visita a los Guerreros de Terracota.
  • Los jardines de la Pagoda del Ganso Salvaje.
  • Un paseo por Shu Yuan Men, al sur de la muralla.

Dónde estuvimos

Xian

De buena mañana llegamos a Xian. Tras una travesía nocturna en litera dura llegamos al albergue mejor valorado en hostelworld y nos adjudican una habitación-zulo en el sótano, sin ventilación y junto a los vapores de la lavandería. Dos ventiladores se ocuparán de mantenernos con vida hasta el checking-out… Salimos a pasear y a tomar contacto con la ciudad a través del barrio musulmán. Entre puestos de frutos secos, frutas glaseadas, y avituallamiento vario deambulamos en busca de la mezquita.

Al día siguiente emprendemos la excursión para visitar los guerreros de terracota en el autobús 306, que inicia su recorrido a la salida de la estación de trenes. Ya en el autobús puedes comprar diferentes tickets, dependiendo de que quieras visitar las termas de Huaquing, la tumba Qin Shi Huang o los guerreros.

Si te atreves a hacer todo el recorrido en un día vas bajando y subiendo del mismo autobús provisto de tus tickets desde el inicio. Por nuestra parte, vimos colmada nuestra ambición con la visita al yacimiento de los guerreros, capaz de saciar al más incombustible.  Espectacular.

Por cierto, en la entrada al yacimiento hay una desoladora avenida peatonal con tiendas de souvenir a ambos lados. Te la puedes evitar a la ida cogiendo un minibús, pero a la vuelta te toca sufrirla. Afortunadamente también hay un banco de China, en donde aprovechamos para cambiar euros.

A la tarde, en el autobús 609 nos acercamos a la gran Pagoda del Ganso Salvaje. En los alrededores hay una superficie como un campo de fútbol de cuyo suelo salen unos chorros de agua que van surgiendo al compás de la música y acompañados de un juego de luces. Cientos de personas se reúnen a la hora de inicio del espectáculo para correr entre el agua.
En los aledaños a la pagoda también podéis pasear por los jardines del teatro, en donde coincidimos con la celebración de un festival de música tradicional. Esas voces aún permanecen en algún lugar de nuestros cerebros…

Lo cierto es que Xian, fue uno de los lugares más hostiles que visitamos. A modo de ilustración: avenidas que hay que cruzar por largos túneles subterráneos y taxistas que no quieren llevarte a donde les indicas. O nos pilló cansados o no supimos disfrutar de esta ciudad. Apenas queríamos salir de los parques y tan sólo nos reconciliamos la última mañana paseando por Shu Yuan Men, calle próxima a la puerta sur de la muralla, donde aún quedan antiguas viviendas mezcladas con otras restauradas, con una exhibición de tipos de pincel en cada tienda.

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