Dónde estuvimos
Luoyang
Viajamos a este destino con la intención de visitar las grutas de Longmen. Algunos viajeros con los que nos cruzamos en el recorrido, nos insinuaron que después de haber visto las de Datong, quizás no nos impresionarían. En una palabra: más de lo mismo. Pero seguíamos obstinados en visitarlas y no nos defraudaron. Al contrario, el paraje en el que se encuentran a ambos lados del río y el paseo que ofrece su visita, es encantador. Si a eso le unes la belleza y grandiosidad de las figuras recortadas en la roca el resultado es fascinante.
Habíamos leído en las guías la presencia en Luoyang de un mercado nocturno interesante. Pues bien, lo más curioso es llegar a la calle donde se instala, Xing Hua Jie, sobre las 17.30 para presenciar el relevo de mercancías. Recogida de puestos de ropa y asentamiento de carritos que despliegan un merendero en toda regla y se ponen furibundos con los fogones.
Perpendicular a esta calle cruza Xi Di Jie. En dirección a la pagoda, esta calle ofrece tiendas de instrumentos musicales y de figurillas de papel, como piñatas, más merenderos y un mercadillo de fruta y verdura. Si por el contrario, andáis en dirección a la puerta de Lijing, disfrutaréis de las tiendas de pinceles y reliquias.
Lo cierto es que el ambiente de estas calles nos resultó muy atractivo y lo paseamos en más de una ocasión.